Cuando el problema es la solución, ¿qué hacés?
¿Hasta que punto las dos aristas de la situación pueden convivir?
Son palabras totalmente opuestas, que solo vos podés unir.
Explicame cómo hacés.
Quiero entender. Quizás entendiendo sepa cómo tomarme la situación.
Sos la enfermedad y sos el remedio.
Pero ¿hasta que punto?
Si la enfermedad viene primero, y el remedio la anula, ¿tendré que sufrirte antes de que me hagas bien ?
Si el problema caduca cuando llega la solución ¿tendré que enredarme entre tus redes, hasta que vos mismo decidas desatarme?
No se. Yo sólo se que estoy acá, lejos de vos.
Y que si, sos problema y sos solución.
Sos la paradoja más linda y más compleja de todas.
Sos mi paradoja temporal y mi paradoja sentimental.
Y siempre lo vas a ser, voy aceptándolo. Lo asumo.
Mientras tanto seguiré tratando de resolver los enigmas que van surgiendo.
Pero la duda mayor, MI problema/solución, la dejo para después.
Con más tiempo y el corazón menos roto, quizá la resuelva.
Quizá se aclare algún día, y podamos ver mejor.
La vida sigue, sigue sin vos.
Y yo voy a seguir con la vida.
Enredándome en otras redes menos complejas y menos divertidas.
Redes hasta desconocidas.
Pero siempre, a pesar de tener el alma muy herida.
Con la frente en alto, y recordando que si, que te amé algún día.
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