La musa inspiradora que esgrimía la pluma con la que se expresaba, se durmió.
Las palabras no salían, permanecían escondidas.
¿A qué le temen aquellas letras, que temen formar?
Hay alguna idea, algún concepto que no quieren aceptar.
En una sopa de símbolos se vio hundido el tema que quería mencionar.
Con una caña de pescar salió a buscar los caracteres necesarios para contar.
Una historia permanecía en blanco, mientras otra se borraba.
Lo que faltaban eran cuentos, lo que sobraban eran realidades.
La inspiración, se había dormido.
La imaginación fue sometida a días en silencio.
Quieta esperaba hablar.
Todavía no llegó la hora de descifrar el mensaje.
El que avisa, no traiciona.
Cuando llegue el anuncio, el corazón va a gritar.
Eme. :)