Nunca jugué con la suerte de mi lado,
no tenía ningún as debajo de la manga,
sin embargo, el premio era muy alto
y no dudé un segundo en apostar.
Me iban dejando sola las fichas,
que ponía en el centro de la mesa
la última palabra fue dicha.
"No va más, gana la casa"
Otra vez en ruinas, caminé a mi guarida
No tenía ni para colectivo, mucho menos para un taxi,
de repente a mis oídos se asomó un sermón:
"No arriesgues nada, sos un perdedor",
El que no arriesga no gana, pensé toda mi vida.
Yo arriesgué y sigo sin vos...
¿Qué hay de cierto en las frases hechas?
Siempre sirven de consuelo.
Al igual que un caramelo, alivian la amargura,
pero al rato lo amargo regresa,
para golpear en tu cabeza
"No hay peor ciego que el que no quiere ver"
Yo no vi antes de empezar a jugar,
que competía con el mejor
El recuerdo siempre sale ganando,
y el olvido, sigue siendo un perdedor.
Eme. :)