Me compré un collar, y lo escondí debajo de una hoja,
cuando el viento travieso vino a susarrarme,
una moraleja sin querer queriendo, se le escapó.
La brisa voló la hoja y al descubierto dejó mi adquisición.
Ayer recordé tu nombre, y lo escondí muy dentro de mi mente,
te pensé durante horas, hasta enterrarte en lo más profundo de mi ser,
no hubo viento que pudiera descubrirte,
otra moraleja se asomaba.
Suelo ocultar muy bien los sentimientos.
Sin embargo, llegaste para enseñarme.
Al verte una sonrisa delatora se mostró en mi rostro.
Suelo ocultar muy bien los sentimientos,
pero no puedo mentirte.
Eme. :)
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