Estudiar el comportamiento de las personas siempre resultó difícil. Se puede deducir que hay un padrón, una línea de comportamiento que sigue características similares. Pero más allá de las similitudes, cada individuo sigue siendo único e irrepetible. Cada comportamiento es propio de los valores con los cuales uno fue criado, de los seres que formaron parte de nuestras vidas y nos dejaron algunos ejemplos, ya sean positivos o negativos. Sin embargo, a pesar de tener un modelo a seguir, no podemos asegurar que vamos a repetir la historia. A cada acción le damos el tono propio. Por más que sea el mismo color, la tonalidad que la personalidad imprime en las acciones es pura y original. Es decir, no hay duplicidad en la manera de ser. Yo entiendo todas estas cuestiones y además las analizo y repaso para poder aceptarte. Por más que no llegue a comprenderte, asumo tu forma de actuar y la vuelvo propia. No con la intención de imitarte sino con la necesidad de compartir tu pensamiento para poder acompañarte en un sendero. Para poder dirigirnos hacia el mismo lugar por un solo camino. Acá estoy respetando tus decisiones y poniéndome de rodillas ante lo que hayas acordado con tu conciencia.
No depende de mi lo que decidas hacer conmigo, pero si soy culpable de dejarte hacer y deshacer con mi corazón lo que desees. No pretendo aconsejarte ni guiarte en tu modo de actuar, pero si estoy poniendo un límite ante el abuso. El amor suele volvernos dóciles y sumisos. Me niego a volverme vulnerable. Se trata de respeto, ante todo. Y si hay respeto de por medio, voy a dejarme llevar. Rienda suelta ante la sensación de caer en un abismo que termina justo en tu intención. Podré hacer millones de especulaciones, pero lo que termina valiendo siempre, es la verdad.
Podré negarme a verte, a pensarte. Pero si hay algo que nunca voy a poder controlar es la profundidad de un sentimiento. Algo que se vuelve metafísico, porque va mucho mas allá de lo que la ciencia puede comprender y describir.
La base ya resulta abstracta e inestable. El amor es algo que no podemos definir, ni medir, ni tocar. Pero al mismo tiempo es algo de lo cual nunca nos surgen dudas. No es necesario que este escrito en ningún lado. Yo se que te quiero y eso lo firmo con la tinta de mis huesos.
Eme. :)
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