Al mirar hacia alrededor puedo observar la cantidad de personas que viven su vida en base a situaciones futuras, es decir, pensando en lo que va a suceder de ahora en adelante. Ya desde el momento del planeamiento de lo que va a suceder están perdiéndose de algo muy valioso e interesante que es LA SORPRESA. Después el hecho de que la felicidad siempre la proyecten a futuro, frena la posibilidad de contentarse con lo que el presente nos regala. Las pequeñas alegrías cotidianas deben ser difíciles de distinguir por su tamaño, o quizás necesiten de un entrenamiento diario para poder identificarlas. El hecho es que todos sabemos que están ahí, pero no las podemos tocar. No podemos alcanzar la satisfacción de respirar el aire mientras caminamos por la calle y nos abrazan los rayos del sol. Es más, sabemos que es una situación hermosa, y en vez de disfrutarla estamos pensando en que se va a acabar muy pronto porque en cualquier momento llegamos al trabajo. Nos cuesta enfocar la mirada en el ahora. Falta de concentración no es algo anormal en un ambiente lleno de ruidos, un ambiente violento y veloz. La ciudad no se cansa de intentar distraernos con sus carteles luminosos, sus imponentes edificios. Sabemos que el sol se encuentra detrás del piso 20 de la nueva torre color azul de Puerto Madero. Sabemos que las nubes están allí si miramos hacia arriba. Pero nos preocupa el tiempo, llegar tarde. Entonces en vez de mirar hacia el cielo, ocupamos nuestra vista con las agujas del reloj. Terminamos observando como se pasan los segundos, perdiendo infinidad de atardeceres que solamente requieren de una cuadra de distancia para ser admirados. Pero debe ser condición humana paralizarse con un obstáculo sin poder encontrar la salida, sin poder cambiar de punto de vista y así cambiar el "no llego más" por el "voy a llegar, pero un poco más tarde".
Eme. :)
07 abril, 2010 06:43
Muy bello lo que has escrito, estamos sumergidos en un pantano, que poco a poco nos va engullendo...un abrazo y mi felicitación.....azpeitia
19 abril, 2010 08:08
Me ha gustado tu reflexión, con el paso de los años veo que a mi alrededor se va perdiendo la espontaneidad, la sorpresa, y se va perdiendo sin rechistar, como algo normal, incluso necesario. Pero sí, hay momentos para parar un poco, escribir cosas como las que tú escribes, rebelarse, preguntarse... en fin, nunca dejes de soñar.
Acapu