Una pareja observaba el mar mientras, de la mano, estaban parados en un muelle. Miraban como las olas iban y venían. Encontraron en ellas un paralelismo que los ayudo a comprenderse. El mar ama a su orilla. Por eso es que una y otra vez vuelve hacia ella. Pero, de todos modos, se aleja. Es que tambien le gusta extrañarla. Asi, al regresar, besa sus arenas con mucha mas intensidad. No es que este dejandola sola. No es que no le preocupe su estado, es que no es lo suficientemente independiente como para relajarse y quedarse a su lado. Tiene otras cosas importantes que hacer, y tiene razones que no se explican de una manera cientifica, que van mucho mas alla de lo terrenal.
Las olas van y vienen, la orilla espera… es que cada momento vale demasiado la pena.
Eme. :)
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